domingo, 17 de marzo de 2013

¿Cómo escribo un texto?


Antes de escribir mis pensamientos abstractos en esta entrada, me gustaría enviar un mensaje de fraternidad a los amigos y familiares de José Daniel Buitrago. Aunque este tema no me toca directamente, a mi buen amigo Felipe González, y además contribuyente de este espacio, si lo afecta y conmueve. No obstante, no puedo dejar de pasar en alto esta situación, y hacer un llamado a la impunidad que constantemente toca a las personas inocentes en este país.
“País de mierda”, que llevo en mis entrañas y que no puedo dejar de querer. Simplemente, me queda luchar por el.   
A todos un gran abrazo.

Siempre me pregunto cómo escribir, de qué manera empezar un texto, de cualquier índole: cuento, ensayo, relato abstracto, poema… Nunca he encontrado un método o una forma óptima y rápida de hacerlo. En algunas temporadas escribo hasta dos textos diarios, en otras, algún texto semanal, pero algunas veces puedo pasar hasta meses sin escribir.
¿Es falta de imaginación? ¿He vivido poco? ¿Necesito nuevas experiencias para estimular mi arsenal de historias?
En algunas ocasiones, esto puede llegar a ser frustrante. Intentar escribir algo, pero sencillamente las palabras no se riegan sobre el papel. A veces el papel y el lápiz tienen una atracción sin igual, no se quieren despegar, páginas enteras se llenan sin ningún problema. Pero eso no es siempre así.
¿Cómo logran escritores, como por ejemplo Balzac, escribir más de 80 libros durante su vida?
Y eso que este hombre solamente vivió 51 años, es decir escribió 1.5 libros cada año, y eso, sin contar su época inactiva mientras fue un infante.
Y no fueron cualquier cosa. Toda su obra es denominada La comedia humana, y cada libro es un eslabón importantísimo de todo su proyecto.
Increíble que una sola persona hubiese sido capaz de escribir tantos libros, que si bien son el resultado de toda su experiencia y vivencia, es un reflejo de su percepción racional combinada con su imaginación. Esto es un resultado, por supuesto, la literatura.
¿Cómo logra este hombre crear tantos espacios, tantos mundos, personajes y argumentos?
Esta capacidad creadora, y también destructora, de los seres humanos, me sorprende todos los días.

Es totalmente increíble y maravilloso, que a un ser como Julio Cortázar, se le hubiese ocurrido escribir una obra como Rayuela, que su magia no solo radica en el amorío de la Maga y Oliveira, si no ser dos novelas en una misma, tener dos formas de leer este libro es algo impresionante de la genialidad humana, y que por supuesto esto sugiere que es una novelas en muchas y que puede haber miles formas de leerse, aparte de la convencional.

¿Cómo adquirir esta genialidad? Todos los días me lo pregunto.

Esta entrada nunca pretendió ser un manual para que ustedes escribieran, si alguien lo pensó. Aunque alguien una vez me dijo: el secreto está en la lectura…

sábado, 16 de marzo de 2013

PARA VOS.


Posiblemente todos nos imaginemos o tengamos una manera común de comenzar el día, pero no sabemos cómo terminarlo. Hoy es un día silenciado por la violencia, por la impunidad y por el dolor que seguramente ninguno de nosotros imaginó que iba a sentir.
Comienzan los arrepentimientos de no haber compartido más tiempo, la especulación de un mañana sin esa sonrisa que tanto te caracterizaba, aquellos comentarios escrupulosos que nos hacían reír y ese sentido del humor que por más que fuera, jamás cambiaba.
Tu convicción, tu esfuerzo, humildad, perseverancia y un sinfín de cualidades quedan para siempre como una enseñanza para cada uno de nosotros y tengo la plena seguridad de que más allá de la academia, esto será una de las cosas que nos hará crecer, no tu ausencia, sino tu espíritu, tu alma en todos nuestros corazones.
Seguramente no soy el tipo más expresivo y seguramente no compartí el mismo tiempo que otras personas con vos, pero al igual que muchos, generaste en todos más que una amistad, una hermandad y un factor fundamental en nuestra convivencia.
Miro al cielo mientras voy por la ciudad preguntando sobre vos, y la ciudad está en silencio. La ciudad clama tu ausencia, clama tu alegría, tu humildad, tu sonrisa y clama justicia.
Es cierto, todos veíamos en vos un futuro brillante, quizás de los más brillantes, pero a pesar del dolor que esto ha causado, sonrío porque ya estás descansando y tu sufrimiento en este país impune se ha desvanecido y donde sea que estés, estás sonriendo y correteando, sacando la panza y gritando a todo pulmón, mostrándonos que a pesar de lo gris que se puede tornar el día, siempre se puede lograr algo bueno, algo satisfactorio.
Jose Daniel Buitrago no murió. Está vivo en todos nosotros.
Gracias infinitas por los momentos de risa y disculpas enormes por las molestias causadas. Todos te vamos a extrañar, pero jamás a olvidar. Un abrazo de parte del man al que tanto le jalaste la barba y de todos aquellos que te apreciamos, queremos y amamos.

jueves, 14 de marzo de 2013

UNA NOCHE…


Era una hermosa noche llena de perfección. El cielo estaba despejado, las estrellas acompañaban a la iluminación de la ciudad, mientras que una leve ventisca chocaba contra mi cara. Todo parecía normal.
Abrí la puerta del auto para dejarla entrar en él. Habíamos comido en uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad y lo que más quería ahora era pasar un tiempo tomando un café en la comodidad de mi hogar.
Arranqué y doblé en la esquina para acabar esperando en un semáforo. Mientras los minutos pasaban, recordaba cada momento del día que había tenido con ella y de la velada que se llevó a cabo.
A las 5 de la tarde llegué a su oficina para recogerla e ir a cenar. Íbamos a celebrar nuestro décimo tercer aniversario y pensaba proponerle matrimonio esa noche. Estaba ansioso. Ella vestía con el vestido rojo que yo tanto admiraba, y su cabello estaba peinado de manera que la hacía ver aún más radiante.
Ella estaba feliz, sonreía sin parar y de camino al restaurante no parábamos de mirarnos el uno al otro.
Todo fue perfecto. Al proponerle matrimonio aceptó, mientras que la gente nos aplaudía. Nada podía ser mejor.
El semáforo cambió a verde, y yo aceleré progresivamente. Tomé la autopista y me dirigía a unos 80 kilómetros por hora, pero todo ocurrió muy rápido. Un auto se salió del carril contrario y chocó de frente contra nosotros. Ella no llevaba cinturón.
Vi todo lentamente. Salió despedida hacia adelante y su cabeza rompió el parabrisas y creo haber visto brotar la sangre de su cráneo. Su cuerpo voló varios metros mientras yo, desesperado ante la imagen, no sentí dolor aparente.
La colisión tuvo una duración de aproximadamente 8 segundos, mientras los autos que iban atrás del mío frenaban en seco, contemplando abruptos y estupefactos.
Abrí la puerta, no me importaba los daños que habían ocurrido, me importaba ella y nada más ella. Estaba lleno de miedo, mis piernas temblaban.
Al dar el primer paso, noté un dolor en mi brazo derecho, que al parecer estaba roto, pero eso no me detuvo y corrí hacia ella mientras escuchaba a los transeúntes y conductores que habían detenido su trayecto para pedir ayuda.          
Estaba tirada boca arriba, con la mirada extraviada y un tanto temblorosa. Quise observar al conductor del auto que nos había chocado y noté que había muerto, o al menos eso parecía.
Mis manos comenzaron a temblar. La ambulancia no llegaba, estaba exasperado, angustiado. La otra parte de mi vida se estaba yendo de este mundo y yo estaba allí, llorando a cántaros sin saber qué hacer.
Comenzó a convulsionar, sus pupilas se iban y su cuerpo vibraba de manera escalofriante.
“Oye”, dije en voz alta. “Estoy aquí”, su consciencia se desvanecía y mi mirada ya no podía ver a través de la de ella. Estaba allí tirado junto a ella, totalmente impotente en medio de la noche que creí, iba a ser maravillosa. Su cabeza se ladeaba y sus ojos se cristalizaban, perdiendo toda la vida que tanto había generado en las personas. Estaba perdiendo el control de lo poco que le quedaba, y yo la perdía a ella, pero ¿Qué podía hacer yo, sino lamentarme?
Se me iba la vida, se me iba ella, la luz que tanto anhelaba ver en las mañanas. Sus ojos que antes eran un hermoso azul cielo, eran ahora dos agujeros negros.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Encuentro en un café


Él estaba esperando ilusionadamente a que ella llegara al café. Ya había bebido dos tazas y se había fumado medio paquete de cigarrillos. Estaba muy emocionado, esta mujer realmente le gustaba.
De su mochila sacó un libro de poemas que siempre llevaba con él, para leer mientras esperaba. El libro era un recuento de poemas de Jaime Sabines.
Él siempre abría este libro en cualquier páginas y leía el primer poema que veía; se dejaba conmover mucho por la poesía. No sé si es un cliché, pero realmente el café sabe mejor mientras se lee.

Finalmente llegó. Estaba hermosa.

Llevaba el cabello suelto, esto le daba una aureola maravillosa de belleza.
No tenía ni una gota de maquillaje, su naturalidad era espléndida. Vestía una leñadora abierta, de cuadros rojos y negros, debajo tenía una prenda blanca.

Se saludaron alegre y enérgicamente. La sonrisa de él nunca se borró mientras hablaban. Hablaron de cosas triviales. Un poco de cine y libros. En algún momento trascendieron y hablaron de sus metas y sueños.
Él sentía un deseo efervescente de sacar su libro y leerle algún poema, con el pretexto de compartírselo, simplemente. Pero no se decidía.  

Finalmente sacó su libro y le preguntó si quería escuchar un poema de Sabines. Ella accedió con una sonrisa.

Tu cuerpo está a mi lado
fácil, dulce, callado.
Tu cabeza en mi pecho se arrepiente
con los ojos cerrados
y yo te miro y fumo 
y acaricio tu pelo enamorado.
Esta mortal ternura con que callo
te está abrazando a ti mientras yo tengo
Inmóviles mis…

De repente, ella empieza a sollozar, se tapa la cara con sus manos y le dice que para de leer, que no continúe.
Él empieza a excusarse torpemente y a preguntar qué sucede, sin obtener respuesta.

Finalmente, ella se para, se excusa y dice que ese poema le recuerda a una persona que amó mucho en el pasado. Dice que no quiere más fantasmas de esa persona en su vida. Se disculpa y dice que tiene que irse.

Él se queda boquiabierto, con un nudo en la garganta y llanto en los ojos.

martes, 12 de marzo de 2013

Libros VII


Cuando América completó la tierra es un libro póstumo del escritor Germán Arciniegas. Él es uno de los intelectuales y humanistas más influyentes de Colombia. Uno de los temas que más trató en su vida fue la importancia de América para la humanidad; el gran valor que supuso el descubrimiento de un nuevo mundo a finales del siglo XV. Arciniegas se destacó como historiador, político, escritor y periodista.

Cuando América completó la tierra no es la excepción. El tema central de este libro, de carácter histórico, es demostrar que con el descubrimiento de América se inició una nueva etapa en la historia, que trajo consigo nuevas ideas, progreso en la ciencia y hasta concebir de una manera distinta el globo terráqueo. El descubrimiento de América supuso encontrar el eslabón perdido para muchas científicos; Copérnico, por ejemplo, dijo que pudo colocar sobre una pieza firme, su sistema.  En Roma, grandes pintores como Miguel Ángel, Leonardo y Rafael, se inspiraron para pintar sobre este suceso. Por ejemplo, Rafael, va a pintar la Escuela de Atenas en 1512, que refleja un debate sobre el Nuevo Mundo. Por otro lado, Tomás Moro planteó su modelo utópico en el nuevo continente.

Evidentemente, este libro se sitúa en un tiempo que comprende la llegada de Colón a las supuestas Indias, hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX, como se evidencia en el último capítulo de este libro, el cual habla del siglo de las máquinas. Los personajes principales de este libro son: América y Europa, se plantea una relación en la cual ambos se complementan, se enseñan y se relacionan, para comprender de una manera acertada el mundo a partir de la llegada del hombre al Nuevo Mundo. Dentro de los personajes secundarios, están los científicos, filósofos, artistas, pensadores y hasta indígenas, que evidencian esta relación Américo-Europea.

Contrario a lo que se ha creído y a lo que siempre se ha escrito, este libro quiere demostrar que no solo existe una influencia de Europa hacia América, sino desde América hacia Europa, y que es esta relación la que verdaderamente contribuyó a los grandes avances de la época, a un cambio radical en la concepción de la mentalidad humana.
Algunos escritores latinoamericanos han escrito sobre los abusos de Europa en esta época de conquista, como por ejemplo Eduardo Galeano, en su libro Las venas abiertas de América Latina, que es una extensa denuncia de los saqueos Europeos, de las cruentas masacres a los indígenas por parte de los españoles. Pero el libro de German Arciniegas, realmente quiere demostrar verazmente, sin hablar de los abusos y las crueldades Europeas, que fue América el factor principal de cambio en la mentalidad en el viejo continente. Este libro es una forma muy elegante de contarle a la humanidad entera por qué América completó la tierra. 

LAS NUBES MILAGROSAS.


En tiempo cercano al cónclave la decisión que se tomará para escoger al nuevo máximo de la iglesia está causando revuelo en las personas de una manera que jamás creí ver en medio de mi ya consciente ser, comenzando por una frase que escuché de un compañero en el salón que decía: El papa es fundamental en nuestras vidas, incluso en las de los no creyentes. Yo respondí ¿Ah sí?, no en la mía. Hoy quiero hablar desde mi opinión personal, generar quizá un movimiento crítico en las mentes de aquellos que lleguen a leer lo que estoy a punto de expresar.
“Crean en Él”, ha sido frase milenaria por los representantes de la iglesia.  A esta frase se le añade que si creen en Él, tendrán la salvación, y yo me pregunto ¿Qué carajos están diciendo?
Desde pequeño me he cuestionado por cosas triviales, que al final desembocaron un río de pensamientos de corte ofensivo, porque sorpresivamente, se clama la libre expresión, pero aquellos que escuchan aquellas reflexiones mías, abren los ojos o sencillamente se voltean, sin siquiera permitir dar el comentario.
¿A quién se le ocurrió la idea de que si se oraba o se llevaba un estilo de vida semejante en todos los hogares, llevaría a la salvación?, es más, ¿Cuál salvación?
Desde hace unos años que tengo claro que la única salvación que encontraré al morir será precisamente esa, la muerte. La salvación de pasar una existencia horrenda o quizá completamente alegre, la salvación de descansar después de tantos años de vida, de logros, sonrisas, llantos y demás.
Hablan de esperanza, hablan de una vida junto a dios. ¿Y quién es dios?, es el que dicen que debo pedir perdón por mis pecados, al que debo arrodillarme para tener su perdón. Pues yo quiero decir que me arrodillaré a dios el día que él muestre su cara ante mí, y perdonará mis pecados el día que sepa que en realidad los pecados son pago para el tan mencionado perdón, pues no sé quién inventó los pecados como medio de pago para entrar a un parque de diversiones, pues así lo pintan.
Somos una sociedad que a través de los años se llena de jóvenes deshonestos, de adultos irresponsables, donde el pecado está más presente que las mismas bacterias. No pienso que alguien vaya a salvarme, y tampoco pienso que alguien esté desde arriba escuchándome, más que las nubes, las nubes “milagrosas”.
Quizá llegue el día en que los comunicadores de dios sean el ejemplo a seguir de las historias que proclaman. Ese día, el día en que la transparencia esté frente a mí, mientras dios asoma su cara por las nubes, ese día será el día en que me arrodille ante todos.

lunes, 11 de marzo de 2013

SANATORIO II


Supongo que no pensé que esto fuera a acabar en una serie, y mucho menos dos días seguidos, pero sencillamente hay tantas cosas en mi cabeza, tantos recuerdos, tantas penas.
Supongo que es hora de admitir las cosas, y ya no me importa que lo lean en público con mi nombre abajo donde dice “autor”. Temo acercarme pero odio estar solo, solo por un sentimiento de no sentir del todo. Intento ahogar mis demonios cada día con memorias superpuestas, pero ellos, en medio de todo este mar, saben nadar, saben correr más rápido que mis proyecciones voluntarias y hasta el día de hoy, no sé cómo lo logran.
No logro encontrar qué he logrado en mi vida, además de lo básico. Estoy agradecido por una madre que me ama, por un padrastro que asumió el rol de padre que nunca tuve y es mi acompañante en cada una de mis situaciones, de mis idioteces. Y qué decir de mi pequeña hermana que con verle los ojos inocentes todos los días acompañados de su sonrisa llena de vida, sin importar mi humor, me arregle al menos 5 minutos la existencia y me sienta feliz de tener un hogar completo, del que posiblemente muchas veces sea yo el que se ausente, pero que a pesar de eso, después de tanta espera, he logrado tener.
Sí, soy agradecido por tenerlo, pero cuando se refiere a mis ambiciones, no logro vislumbrar que haya conseguido algo más que un montón de ojos abiertos por la sorpresa de mis duras palabras, llantos, etc…
Solo sé de una vez que fui el sol para alguien, pero ese sol, con toda su furia, escupió fuego y destruyó todo a su paso, y ahora me pregunto ¿Qué queda para mí, si ya no soy un sol, sino una marea cambiante que se traga lo que esté cerca de la costa?
Sí, supongo que no tengo muchos logros en mi existencia con respecto a mis ambiciones, y a pesar de que me sienta derribado, ambiciono y añoro lograr marcar sonrisas en las personas, pero no logro conseguirlo. Supongo que así está escrito.

domingo, 10 de marzo de 2013

SANATORIO.


“Todos quieren ir al cielo, pero nadie quiere morir.”
Quiero comenzar con algo que escribí para una persona allegada a mi corazón la noche pasada:
Me di cuenta lo duro que es cambiar, lo duro que es querer en realidad lo mejor para uno. Incluso el mismo infierno se vuelve cómodo una vez te acostumbras, y yo buscaba tanto que el “yo vacío” se fuera y no importa cuán vuelto mierda esté uno, el sol siempre sale y se esconde, de lo cuál hiciste parte, estando en los días donde menos lograba ver algo. Lo más irónico de todo, es que todo lo que quise ya lo tenía, ya tenía vislumbres del “cielo” cada día en los amigos que tengo, la música, el deporte, en mí y darme cuenta que el amor que tengo simplemente debe volver al punto de partida y aguardar ahí.” Bienvenidos.
Los días se han convertido en dos opciones: Un deseo mortal o una salida a los recuerdos que rodean mi consciencia. Me doy cuenta lo frágil que se ha convertido mi voluntad, el poco poder que tiene ahora, lo rota que está.
Y camino en escaleras y caras vacías, sin ninguna voluntad de ver las expresiones que en realidad se dibujan en ellas. Camino y camino y veo un mundo lleno de pocos pensamientos, donde todos quieren la felicidad pero jamás piensan que para eso, para que el sol salga, debe haber una oscura y fría noche. Ni yo me he dado cuenta de eso. Ya ni sé si la muerte es el primordial miedo para el humano, pues yo mismo he muerto mil veces soñando. ¿Es que mi consciencia es acuchillada mientras mis ojos están cerrados?
Mi cabeza ha hecho un gran big bang, desparramando un universo de ideas incongruentes a la moralidad común, mostrándome imágenes de cosas horripilantes, de poca esperanza y de maldición, acompañado de un ser o un algo llamado mi otro yo, y ese algo que no me permite salir de lo que acabo de describir, esa dualidad mental grita que me lance a las llamas mientras me ve arder, que queme vea mi mundo arder. Se sienta a mi lado y me pregunta cómo me siento con una sonrisa de burla, sabiendo la respuesta y me pregunta si quiero hablar de ello, riendo aún más, pues sabe que lo que más deseo es reprimirlo todo.
Pero de alguna manera me apego a lo poco que queda de voluntad, a las ganas de encontrar el sol y destruir toda raíz del pasado y dejar a un lado todo vacío y saber que todo esto es solo un estado de ánimo o quizá un estado mental que al final he de encadenar como hice con la rabia que constantemente atacaba. Si quiero ir al cielo, debo querer morir y aceptar el curso de la naturaleza con sus tormentas de fuego y sus torturas inmutables, sin importar el dolor y la desolación que llene este universo de ideas, hay un horizonte destinado al que debo caminar sin retroceder.
Me he vuelto un paciente mental de mis propios pensamientos y no sé si es irónico o trágico.


Amorfo


Suena de nuevo esa maldita alarma, la misma de todos los días. Algunos rayos del sol entran por la ventana; una vez más tengo que levantarme. Intento enviar todo al olvido y seguir durmiendo; no quiero la misma cotidianidad. No tengo ningún remedio. Después de hacer todas esas comunes actividades matutinas, que ya se imaginarán, salgo de casa. Pero… hoy hay algo particular…

Camino por la avenida y me doy cuenta que las personas tienen la cara desfigurada. Además, esos rostros se convierte en una expresión de lamento. Siento náuseas, agacho la cabeza y camino apresuradamente, no quiero ver más a estas personas.
Pero es inevitable, no hay una sola persona que no tenga la cara desfigurada y emanan un hedor insoportable. Mis ojos se llenan de lágrimas ¿qué pasó con las personas?

Alguien toca mis pies con agresividad y desespero, es uno de estos seres amorfos, que ya no puedo llamar personas, golpeándome y pidiéndome ayuda. Sus lamentos se tornan en gritos, su voz es aguda y escalofriante:

-       ¡Soy un ser miserable, lleno de miedo, despojado de toda ilusión. Tengo miedo de convicciones y sueños!

Nuevamente siento náuseas, incluso tengo una arcada. A este ser asqueroso le faltan sus ojos, su piel está repleta de llagas y están recubiertas por un moco amarillento; el olor de este hombre es nauseabundo. Le faltan sus dos extremidades inferiores. Tiene que hacer grandes esfuerzos con sus brazos para arrastrarse hacia mí.

Doy unos pasos hacia atrás rápidamente y me topo con algo. Es otro adefesio susurrándome sus lamentos; mi oído y rostro queda salpicado de materia.
Corro lo más rápido posible, paso mis manos por mi rostro, intentando limpiar esa babaza.
Es imposible.
Siento que mi piel la está absorbiendo, se está convirtiendo en una costra dura y resistente, la angustia me invade.
Todo comenzó mal desde el principio, debí quedarme dormido, al menos no tener esa desazón matutina.

Corro y corro; la costra se endurece, mientras corro…