Es para mí un enorme gusto decirles a todos los que lleguen estas últimas palabras del 2011.
Debo decir que fue un año grato para mí y muchas personas conocidas. Como todos, tuvimos altibajos, pero que finalmente, hay que saberlo, eso será pan de cada día.
A los que debo dedicatorias, que son pocos, pero especiales, es aquí donde lo haré. ¿Por qué esperar hasta la fecha de hoy?, porque sencillamente esos logros son cosas que no solo los marcaron a uds, sino también a mí.
Empezando por el más importante, mi amigo y colaborador de éste espacio maravilloso, Carlos José Reyes. Quiero dar felicitación pública a, no solo un compañero de aventuras, sino a un amigo, supongamos un hermano, porque éste año, el 3 de Diciembre, salió de las puertas de la academia, y ya está graduado. Es un orgullo para mí decir que tuve la oportunidad de acompañarlo, de ir desde mi ciudad hasta la suya, para ver cómo él abandonaba ese espacio, y en los minutos, sentir nostalgia y alegría. Muchas felicitaciones para él, y mis eternos buenos deseos.
Quiero agradecer a una persona en especial, por haberme acompañado en un trayecto de dos años, unos meses como amigos, y los otros como mi compañera, mi novia, que en el pasar de los días, ha estado ahí conmigo, direccionándome en ocasiones a un mejor lugar y a incontables sonrisas.
A mi familia, que aunque numerosa, una pequeña porción me dio momentos de felicidad, que a pesar de los momentos dificultosos, peleas, rebeldía adolescente, siguen acompañandome cada día que pasa, mi madre, mi padre, y mi pequeña hermana, que a pesar de que aún no es capaz de ver el amor, sé que en el futuro lo sentirá.
A las personas que conocí, y los amigos de la vida, que algunos tomaron nuevos caminos, y otros continuamos caminando entre letras, libros, música, poemas, pinturas, sonrisas, ironías, críticas, y sobretodo, inmadurez, porque somos aún inmaduros, pero con la aspiración más grande posible por un mejor mañana.
No importa el orden, cada uno de ellos, si se identifican, saben lo importante que es para mí un pequeño grano de arena en esta alma, que jamás, si me es posible, olvidaré, porque son uds la escencia que me complemente y que me hace sentir y decir, soy humano, soy feliz, soy tristeza, soy amor.
Muchas gracias a todos uds por un hermoso año, unos memorables 365 días de tristeza, rabia, amor, alegría y sonrisas.
A los compañeros que me acompañan musicalmente quiero decirles: Cada uno de nosotros tenemos una luz qué aportar, sea en el camino que sea, juntos o separados, cada uno tiene el don de algo y es hacer sonreír a alguien que no busca un sitio, un espacio dónde identificarse, y espero poder seguir compartiendo con uds como lo hice en la Semana Calasancia, tocando con uds, y viendolos tocar, a los buenos, a los no tan buenos, y a los de géneros distintos a mis y nuestros gustos. El talento se vuelve a ver, y espero que en unos pocos años, pueda yo decir, fui parte de una nueva ola musical que sacudió, puede que no ciudades o países, pero más importante, nuestros corazones.
Quedo debiendo también un regalo a un profesor que me acompaño durante 4 años. Alejandro Botero, mi profesor de Biología se despidió este año, pues no podrá continuar con nosotros en los próximos. Quiero decirle: Mil gracias, profesor, por hacer de las clases algo más que academia, un lugar para la moralidad y la importancia de crecer con buenas ramas. Es cierto que no se ha podido compartir muy seguido, pero lo que tengo en la memoria, me basta para entender que fue un gran aporte a mi vida. Muchas gracias
A todos un gran y feliz nuevo año, les deseo lo mejor del universo, y muchos agradecimientos a todos uds por aportarme tanto a mi vida. A todos mis cercanos, están siempre en mi corazón. Los quiero mucho.