domingo, 22 de abril de 2012

NOTA PERSONAL


Hoy no realizaré un escrito novelesco como tal, pero aprovecho para disculparme por mi notable y extensa ausencia. La inspiración no ha sido muy abundante últimamente.
Hoy realizaré ésta nota de desahogo para Resquemor, cosa que en realidad es el propósito del blog; darle fin a mis rencores personales. Demos comienzo con la analogía que dará fin a mis rencores, por ahora.
Me he detenido a pensar que los Robles son árboles aparentemente grandes, fuertes y resistentes. Aclamados por su dureza, por su presencia enérgica.
Tal vez sea cierto todo esto. Tal vez es la realidad sobre estos tipos de árboles, tal vez no. Lo cierto, lo más cierto de todo, es que son frágiles al filo de un hacha y su caída es más fuerte y más estruendosa.
Todo Roble, si se desea, puede llegar a caer fácilmente dando en la raíz apropiada, y creo que he decidido tomar el hacha y sacarme las espinas que ha dejado este desastre natural.
Lo cierto es que me parece que estos árboles tan solo aparentan un exterior de grandeza, pero al final solo están llenos de falsedad en su interior, apariencias nada más.
Es una nota corta, pero necesaria.No adornaré con bonitas palabras, pues lo único que merece esta nota es el esparcimiento de el  hastio y la repulsión que me llenan en estos días, y he de decir que la lengua castiga al que la agita como una serpiente. No desearé un mal alguno, solo sé que el arrepentimiento será suficiente para que el árbol extrañe el lugar en el que una vez destruyó, dañó y entristeció, pero del que espero algún día sea despojado.