CAPÍTULO 3:
MUERTE.
Tomé un tren sin destino específico, solo
esperando alejarme del edificio donde me encontraba, solo quería alejarme y
pensar en cómo podría acabar con esta misteriosa sombra, con este miedo que se
colaba por los callejones más recónditos de mi mente, que me atormentaba día y
noche con la más mínima señal de su presencia a mi alrededor.
Tiempo atrás, había construido una cabaña en un
bosque donde me retraía para escribir mis más extraños pensamientos. Abrí la
puerta y la encontré totalmente empolvada, abandonada y derruida. Hacía falta
letras allí, hacía falta volver a los orígenes de mi pasión para que aquél
lugar retomara su encanto.
Me recosté un rato mientras retomaba la cordura
después de aquel horrible suceso que me había dejado anonadado. Me quedé
dormido.
Pasaron los meses, mi aspecto se veía como el de
un vago, contrastado con la pequeña cabaña, que de nuevo había retomado el
hermoso y acogedor aspecto con el que lo recordaba, casi al punto de sentir
como que Walt Disney acabaría comprándola.
En el segundo piso de la casa, había un balcón en
mi habitación donde podía divisar la ciudad. Tenía ya dos semanas en que estaba
estallando en llamas. Poco a poco la civilización que había creado a través de
mis sueños, pensamientos e ideas se estaba derrumbando. El Miedo me estaba
consumiendo poco a poco y no encontraba manera de evitarlo, de acabar con ese
Miedo que me carcomía las entrañas, las neuronas, la razón.
¿Cómo es posible que haya dejado entrar a este
personaje a mi cabeza? ¿Por qué dejamos que nos controlen emociones que nos
afligen y nos destruyen? ¿Acaso no es mejor explotar de alegría en medio de
sonrisas que complicarnos la existencia por miedos y angustias?, el humano
resulta curioso en algunos casos y sin embargo siendo uno, no logro comprender
ni siquiera lo que pretendo hacer con mi vida.
Miedo…Muerte de toda esperanza y de todo sueño.
Miedo…Nauseabundo asesino de anhelos.
Tomé mi abrigo y me dirigí a la ciudad para darle
muerte a aquello que estaba llevándome a la locura. Iba a descuartizar al
Miedo.