sábado, 29 de diciembre de 2012

LOS MIEDOS.


CAPÍTULO 3:
MUERTE.
Tomé un tren sin destino específico, solo esperando alejarme del edificio donde me encontraba, solo quería alejarme y pensar en cómo podría acabar con esta misteriosa sombra, con este miedo que se colaba por los callejones más recónditos de mi mente, que me atormentaba día y noche con la más mínima señal de su presencia a mi alrededor.
Tiempo atrás, había construido una cabaña en un bosque donde me retraía para escribir mis más extraños pensamientos. Abrí la puerta y la encontré totalmente empolvada, abandonada y derruida. Hacía falta letras allí, hacía falta volver a los orígenes de mi pasión para que aquél lugar retomara su encanto.
Me recosté un rato mientras retomaba la cordura después de aquel horrible suceso que me había dejado anonadado. Me quedé dormido.
Pasaron los meses, mi aspecto se veía como el de un vago, contrastado con la pequeña cabaña, que de nuevo había retomado el hermoso y acogedor aspecto con el que lo recordaba, casi al punto de sentir como que Walt Disney acabaría comprándola.
En el segundo piso de la casa, había un balcón en mi habitación donde podía divisar la ciudad. Tenía ya dos semanas en que estaba estallando en llamas. Poco a poco la civilización que había creado a través de mis sueños, pensamientos e ideas se estaba derrumbando. El Miedo me estaba consumiendo poco a poco y no encontraba manera de evitarlo, de acabar con ese Miedo que me carcomía las entrañas, las neuronas, la razón.
¿Cómo es posible que haya dejado entrar a este personaje a mi cabeza? ¿Por qué dejamos que nos controlen emociones que nos afligen y nos destruyen? ¿Acaso no es mejor explotar de alegría en medio de sonrisas que complicarnos la existencia por miedos y angustias?, el humano resulta curioso en algunos casos y sin embargo siendo uno, no logro comprender ni siquiera lo que pretendo hacer con mi vida.
Miedo…Muerte de toda esperanza y de todo sueño. Miedo…Nauseabundo asesino de anhelos.
Tomé mi abrigo y me dirigí a la ciudad para darle muerte a aquello que estaba llevándome a la locura. Iba a descuartizar al Miedo.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Y...


Y construimos ciudades, bahías enteras, rascacielos, montañas, mares, planetas, melodías, personas, soles y una infinidad de cosas a la luz de la inspiración que cada noche llegaba con la calma, la sencilla calma que abundaba en medio de cada palabra que se escurría en medio de la insinuación, en medio de la creación de los sueños infinitos que fluían a través de la mar de todas estas ideas inusitadas y desusadas.
Y fue así que soñé cada día en las ciudades que construimos en medio de la juerga, de las risas, de las calles recorridas y las palabras que nos acompañaron al caminar por las oscuras calles de la ciudad, con las negras nubes surcando el cielo mientras nos miraban desde allí,  con el despreocupado caminar, mientras que en nuestras mentes se alzaban edificios, volcanes, y un millón de nuevos amaneceres.
Y allí comprendí, en medio de las metrópolis que diseñamos, que era el único lugar donde te encontraría, donde serías libre, donde envejecerías y bailarías con la sonrisa dibujada en el rostro. Que tu esencia jamás se perdería y que la nostalgia se iría de tu estropeada alma y…finalmente, comprendí que eras la calma que siempre necesitaste ser, que fuiste para todos, pero jamás para ti.

domingo, 23 de diciembre de 2012

House of Cards - Radiohead

Radiohead es una banda británica creada en 1985. Se dieron a conocer en la década de los noventa y a pesar de no tener un éxito inmediato, se han ido convirtiendo paulatinamente en una de las agrupaciones más emblemáticas del rock y de la música. El estilo musical de Radiohead reúne rock y electrónica. Tecnicamente se le podría llamar a este género: rock experimental. Además de la prodigiosa música de estos músicos ingleses, las letras hablan sobre la globalización, capitalismo, la alienación y el amor. Lo cual hace de este grupo enriquecedor auditiva y cognitivamente. 

House of cards no habla sobre política o economía, sino de una relación idílica, trágica y muy real. 
Como suele indicar la experiencia, el abismo es solo el comienzo. En algunas ocasiones de la vida solemos complicar las situaciones. Si bien la existencia es una cadena de decisiones que debemos tomar con mucha cautela, hay momentos que no requieren de cálculo ni de rigurosidad. 
Las relaciones y las amistades suelen depender de varias personas, pero al fin y al cabo la satisfacción es única, personal y nunca se sabrá cómo acabarán por más que nos empeñemos en que salgan bien. 

"No importa cómo nos amen, sino cómo amamos nosotros." 

Sin embargo, esto causa pesadumbre, desazón y un gran disgusto, y es sin duda un dolor que acarrea tristeza y frustración. 
Por eso la canción dice, traduciéndolo de una manera burda, "no importa cómo termine, no importa cómo empiece" al fin y al cabo, la estructura se derrumbará. Es como la vieja historia:

Morir para renacer. 




viernes, 21 de diciembre de 2012

PENSAMIENTOS:



LA CALMA
¿Alguna vez danzaste con la calma?, ¿esa sensación de tranquilidad constante, de felicidad, tristeza, alegría, nostalgia y un sinfín de sentimientos que se juntan en una tarde, una noche, un minuto, una hora, o quizá una vida?.

Recuerdo cuando conocí a la calma. Era como el cielo mismo, tan abierto, tan hermoso, tan tranquilo que contagiaba su sonrisa con tan solo mirarla, pero jamás imaginé que la iba a sentir más de lo que podría una persona sentirla. La conocí sin saber lo que era, lo que representaba y lo que llegaría a ser en mi existencia.

martes, 11 de diciembre de 2012

MEDIANOCHE


Y el reloj marca la hora y todo se convierte importuno o maravilloso, todo tan relativo, pues la medianoche es la maldición de las letras, donde nos perdemos en medio de las interminables conversaciones, los mágicos sueños revestidos de sonrisas, las tragedias enmarcadas en lágrimas y las vidas pasando lentamente en medio de los segundos.

domingo, 9 de diciembre de 2012

LOS MIEDOS.


CAPÍTULO 2:
VIDA.
Desperté en aquel callejón sin salida bajo una constante lluvia que aún no paraba. Estaba tenso, temblando posiblemente de frío o miedo al recordar aquella cosa extraña que sin más preámbulos comenzó a perseguirme en mi propia mente y me cuestionaba, no solo el por qué, sino también el cómo y sobretodo, de dónde había salido, si era yo claramente el dueño de mis pensamientos.
No tenía recuerdo alguno de haber visto algo así antes, ni algún retrato de su rostro, pues todo era confuso y sucedió de manera muy rápida.
Posiblemente era un error, posiblemente estaba lo suficientemente ebrio en la realidad como para que de la nada ocurriera una alucinación en mi propio aposento. No encontraba palabras para definirlo, tal vez solo era miedo...Miedo.
¡Exacto!, miedo es lo que era…Pero por qué el miedo se presenta ahora de manera tan abrupta. De hecho, ¿por qué habría de aparecer miedo en un hermoso pensamiento?...Alguna vez lo escuché de alguien con quien hablé y era la frase que más pasaba por mi mente ahora.
Es extraño, pero quizá al sentir la necesidad de retraerme a mi mente, a mi propio mundo, mi realidad, huyendo del miedo, la desesperanza, la angustia, el propio miedo me siguió y ahora me ha acorralado en mi propia mente, angustiándome aun más, con desespero de salir de mi propia mente y quedar en un limbo total entre la vida y la muerte y fui yo quien le dio vida, fui yo que sin querer buscarlo lo encontré, lo he creado y ahora se apodera de mi mente.
El miedo jamás llega por sí solo, somos nosotros los humanos quienes los creamos, pero siempre debemos lanzarnos al risco y saber si hemos de caer o ser salvados en medio de la caída libre. ¿Por qué creamos miedo en sueños hermosos?, ¿por qué nos angustiamos pudiendo vivir la vida plenamente sin retraernos de lo que queremos?..Decisiones, decisiones.

martes, 4 de diciembre de 2012

LOS MIEDOS.


CAPÍTULO 1:
NACIMIENTO
La ciudad tronaba en medio de la oscura penumbra que tenían hoy por nombre nubes. Los edificios se veían borrosos desde lo que alcanzaba a vislumbrar desde mi ventana. Era un caos. Granizaba fuego, los cielos estaban rotos, nadie caminaba por las calles. Pareciera que era yo el único habitante de allí.
Caminé a la cocina para tomar un poco de agua, tomar una ducha y dormir, esperando que el nuevo día trajera la luz del sol a mis ojos, pero la puerta sonó y mi corazón se detuvo con temor abrupto, pues acababa de ver que las calles estaban desoladas, la ciudad desierta y sabía que ningún lugar de ella estaba habitada, pues la ciudad era mi mente, y yo el dios que la controlaba…No había decidido poner uno de mis titeres que me acompañara en mi ciudad, mi soledad.
Miré por la ranura y vi una sombra encapuchada esperando a ser atendida. Mi terror fue aún más grande. Apagué las luces, procuré no hacer ruido y fui por un cuchillo que dejé en la cocina en caso de que irrumpiera. Pero caí en la cuenta de algo que resultaba más que obvio, ¿por qué no simplemente hacerlo desaparecer, si era mi cabeza el lugar de los hechos?, así que imaginé que desaparecía, que se borraba por completo de aquél pasillo en el que se encontraba al acecho. Confiado de mi acción, caminé hacia la puerta y vi que la sombra no se había movido ni un centímetro, y para colmo, pateó mi puerta hasta derribarla encima de mí y pronto vi que el cuchillo que tenía en mi mano desaparecía para reaparecer en la suya, como si mi mente fuera en realidad su hogar.
Traté de levantarme lo más rápido y correr hacia el pasillo, lanzarme por las escaleras a medida que las borraba de mi mente pero al mirar atrás, la sombra continuaba bajando, como si las escaleras jamás hubieran desaparecido.
Salí del edificio y corrí por la calle en medio de la lluvia, intentando esconderme. No me di cuenta que de repente había gente corriendo, tratando de ocultarse de la lluvia, así que intenté camuflarme con ellos y corrí hacia un callejón donde intenté ocultarme con una caja de cartón.
¿Qué era aquello que tanto me perseguía?, jamás lo había visto en mi vida, jamás tuve esa sensación de vacío, de bloqueo mental. ¿De dónde salió aquella criatura, si era yo el dueño de mis pensamientos y se comportaba como si fuera yo un esclavo de mi propia creación?, no lo comprendía, no entendía qué era ese ser que con tantas pretensiones me intentaba dar caza…Tenía miedo.
Eso es…¡Miedo!, la razón por la que había deshabitado la ciudad y encerrarme en mi cabeza…El miedo me ha encontrado de nuevo, me había estado acechando desde hacía días y nació en las más oscuras opacidades.
Todos los humanos nos alejamos de nuestros miedos, nos refugiamos donde nadie nos puede encontrar, en nosotros mismos…Pero nos encerramos en un callejón sin salida, pues al fondo de este, se encuentra la primicia de lo que queríamos escapar. Nace dentro de cada uno, nos acecha en la realidad e incluso en la inconsciencia. Me acomodé en la caja, miré hacia todas partes para verificar que no estuviera cerca y me eché a dormir.